Imaginemos por un momento que mis piernas son dos ruedas,
imaginemos que mi medio cuerpo no responde,
imaginemos que a pesar de esto tengo un cerebro,
imaginemos que funciona con un alto coeficiente,
imaginemos que me dieron un trabajo,
imaginemos que la empresa debe aportar un lisiado,
imaginemos que tanto les molesto que ni tarea tienen para mi,
imaginemos que es tan denigrante su comportamiento hacia mi persona,
imaginemos cruzar una ruta para tomar un colectivo y llegar a mi hogar,
imaginemos que nadie me ayuda,
imaginemos que tengo compañeros que me cuidan y responden,
imaginemos que el chofer no quiere ayudarme a bajar,
dejen de imaginar y sientanse en mi lugar,
como se sentirían al recibir día tras día humillacion constante,
muy a pesar de estas penurias sigo adelante y no bajare mi auto estima,
ellos se pierden la oportunidad de la bondad y de sentir
verdadero afecto como muchos de los que se acercan a mi.
Esto le sucede a una compañera del call donde trabajo y seguramente le sucederá a muchos mas, que dios ilumine sus corazones y encuentren el camino de la luz.
ronni
1 comentario:
hola Ro, antes de llegar a México acostumbraba a visitar a los compañeros de un amigo (minusválido cerebral) en su escuela, todos eran discapacitados... a él lo entrenaba en el gimnasio donde yo trabajaba, lo ayudaba en todos los ejercicios que hacía, una vez hasta le corté el pelo en su casa... lo conocí soltero y siempre se quejaba porque quería tener una novia, y la encontró antes que yo el muy canijo... hoy siguen juntos y felices, y es que el amor no discrimina, sólo los tontos lo hacen...
bonito escrito... como todo lo que discurre esa cabezototota...
Publicar un comentario